Pese a que hay muchas formas de calcular el retorno de la inversión (ROI), es importante tener en cuenta qué factores influyen en él y cuáles son relevantes para la tecnología que pretendes adquirir. Ben Weinberger, abogado, tecnólogo y asesor empresarial, afirma que el cálculo del ROI empieza por determinar cuál es el objetivo: «Existen varias formas de medir el ROI, pero puede que no todas resulten adecuadas o válidas para cada adquisición tecnológica. Los directores jurídicos deben empezar por entender cuáles son sus objetivos para un producto determinado: ¿Se pretende que reduzca el tiempo empleado en manejar un determinado volumen de trabajo? ¿Es necesario para expeditar un proceso urgente?».
Una vez hayas determinado lo que persigues con la solución tecnológica propuesta, deberás tener en cuenta que los siguientes factores influyen en el ROI.
Comodidad
Plantéate cómo funciona actualmente tu departamento jurídico y de qué tareas es responsable tu equipo. ¿Qué tareas rutinarias lleváis a cabo ahora mismo? ¿Qué tareas puede automatizar la tecnología jurídica? ¿Cuánto tiempo tardarán los usuarios en acostumbrarse a esta nueva solución? Cuando decides invertir en tecnología jurídica, es importante pensar en lo fácil o difícil que resultará su implantación. Pese a que optar por soluciones más complejas podría reportar bastantes beneficios para el departamento jurídico, si estas se consideran demasiado «disruptivas» para tus procesos actuales, te costará bastante lograr que los usuarios las adopten. Lo mismo puede decirse de tecnología jurídica que no resulte escalable o que requiera un tiempo de inactividad importante cada vez que tratas de ir a más. Ten en cuenta que podrían pasar varios meses o incluso todo un año hasta que aprecies cambios importantes, ya que los usuarios necesitan tiempo para acostumbrarse a trabajar con una nueva herramienta.
Rapidez
¿Cuánto tiempo te lleva hacer las cosas ahora mismo y cuánto te llevará con la solución tecnológica? ¿Qué tareas podrás realizar con mayor rapidez?
Eficiencia
Los departamentos jurídicos corporativos llevan varios años enfrentándose al reto de «hacer más con menos»: tienen que gestionar una carga creciente de trabajo, en parte provocada por complejas normativas, lo cual hace que les cueste seguir el ritmo de crecimiento del resto del negocio. En otras palabras, esto significa que los departamentos jurídicos acaban manejando una carga de trabajo cada vez mayor con los mismos recursos, cuando no menos. ¿Cómo te ayudará la tecnología jurídica a sacar el trabajo adelante?
Costes
¿Cuál es el coste de no hacer nada? ¿Cuál será el impacto económico de seguir trabajando de la misma forma que siempre y cómo afectará esto a la moral de tus empleados? Ben señala que los costes van más allá del coste de la tecnología en sí misma. «Hay que saber cuáles son los costes de implantación, los costes actuales y futuros, los plazos y el nivel de esfuerzo y de compromiso que el equipo requerirá a la hora de aprender a usar el sistema y de cargar datos o contenido y, en el caso de la mayoría de las herramientas de IA que existen hoy en día, cuánto tiempo hará falta para adaptarlas a nuestras necesidades».
Conclusión
Ahora que sabes cuáles son los factores más importantes para calcular el ROI, es hora de plantearte cuáles de ellos son importantes para determinar el ROI de tu tecnología jurídica y cómo medirlos. Descarga la guía «El retorno de la inversión de la tecnología jurídica» y aprende cómo demostrar su valor a las partes interesadas y cómo beneficiarte de un aumento de la productividad y la eficiencia.